Aunque lo parezca, no se trata de restos flotantes de depuradoras que no funcionan o no existen. Tampoco son restos de heces vertidas por los buques de carga que pasan por allí.
Lo que está llegando a nuestras costas, como en 2017, son grandes cantidades de algas verdeazuladas o cianofíceas del género Trichodesmium. Estas algas son consideradas por los ecologistas marinos como uno de los organismos más importantes para la producción primaria en los océanos abiertos.
Las llamo intencionadamente algas verde-azuladas, aunque pertenecen a las bacterias en el sentido más amplio. Al fin y al cabo, son capaces de realizar la fotosíntesis, construyendo materia orgánica y, por tanto, difieren elementalmente de las numerosas bacterias que descomponen materia orgánica. Al igual que otros organismos fotosintetizadores, los del género Trichodesmium también dependen de los llamados nutrientes. Para la mayoría de las algas y plantas superiores, el nitrógeno y el fósforo son principalmente importantes, sobre todo en forma de fosfato y nitrato, pero en esto difiere nuestra microalga Trichodesmium:
Estas algas verdiazules son muy buenas rompiendo los fuertes enlaces del nitrógeno elemental. Así que precisamente no dependen de los residuos de los sistemas de alcantarillado humano ni de otras fuentes de nitrógeno. Además, vuelven a poner el nitrógeno a disposición del medio ambiente y, por tanto, de otras algas, en forma de nitrato, por lo que se consideran organismos básicos elementales para nuestros océanos, que aquí son bastante pobres en nutrientes: ¡son héroes de los océanos, especialmente en los subtrópicos!
Por eso también son un indicador muy pobre de aguas residuales mal tratadas o sin tratar. No son ni de lejos tan dependientes de la fertilización como otras algas.
¿Todo funciona bien? ¡No es eso!
No pretendo minimizar las faltas en el tratamiento de las aguas residuales en las Islas Canarias. Sé, por ejemplo, que la depuradora de Valle Gran Rey no se ha cubierto de gloria hasta ahora. Pero incluso si vaciara más aguas residuales sin tratar o fangos de depuradora en su patio delantero, no significaría más microalgas, según mi experiencia.
Tampoco quiero discutir las estrategias de los barcos que pasan para limpiar sus aguas residuales. Sin embargo, fuera de la zona de 12 millas pueden vaciar sus tanques y los cruceros pueden incluso verter su comida, bien triturada. Por supuesto, proporcionan fertilización en las inmediaciones, pero estas algas no lo necesitan.
No tengo nada que añadir a la situación de Tenerife, que se describe muy bien en la película de Felipe Ravina.
Las teorías del origen de las algas no aplican
Sin embargo, hice allí mi tesina sobre la dilución de las aguas residuales en un pueblo de tamaño medio sin depuradora y no pude encontrar ningún nutriente a una distancia de 150 m de la desembocadura del colector del Porís de Abona. Yo apostaría a que con las fuertes corrientes y las enormes masas de agua que hay entre las islas, a La Gomera no llega nada ni de Tenerife ni de los barcos de paso, y también descartaría como fuente las entradas de aguas residuales locales, relativamente pequeñas. El poder de autodepuración del agua es demasiado grande para las aguas residuales de origen humano. (La situación es completamente diferente para las toxinas ambientales de larga vida).
Pero incluso eso es irrelevante: Incluso si observáramos un efecto de fertilización, no sería esta alga, especializada en aguas pobres en nutrientes, la que acabaría encallando aquí en grandes cantidades. Serían otras especies, las que dependen precisamente de este suministro. Si desea leer más sobre este tema, puede encontrar información general aquí, e información más detallada aquí. Les dejo con una cita del resumen del segundo artículo: «La contribución sustancial del género de cianobacterias diazotróficas Trichodesmium a la afluencia de nitrógeno del ecosistema marino global es ya indiscutible y de suma importancia ecológica…».
Así que la pregunta sigue siendo ¿por qué las algas están apareciendo aquí y ahora? La frecuente aparición de Calima este año podría haber aportado hierro y fosfatos al mar, de los que también depende el Trichodesmium. A un crecimiento desmesurado contribuyen una superficie del agua en calma y unas temperaturas elevadas. Las algas verdeazuladas prosperan entonces en masas sobre la enorme superficie del mar, lejos de las islas y cerca de la costa. En cuanto los vientos de tierra las presionan contra las costas, tenemos nuestra espuma de colores. Así que no nos queda más que esperar a que el viento cambie …
Complemento (21.08.23): No soy médico
Pero debe quedar claro que no estoy diciendo nada sobre lo que ocurre cuando nos bañamos en una densa alfombra de algas en descomposición. Los efectos que esto tiene en cada individuo dependen no sólo del tipo de piel, sino, en primer lugar, de la densidad de las algas y, en segundo lugar, del grado de putrefacción. En realidad, todo el mundo debería tener claro que si apesta, hay bacterias trabajando. Además, una acumulación densa de algas también es una señal de poco intercambio de agua, allí no me bañaría.
